Derribando muros de enemistad
El siguiente artículo será publicado en 4 etapas.
Comenzaremos hablando de los "muros políticos", luego de los "prejuicios" para pasar a los "muros religiosos". Finalizando con una poesía realizada por Carlos Splavsky, compañero poeta de Plaza de muramMayo y hermano de militancia.
Los invito a leer, opinar y disentir.
Gracias
Efesios capítulo 2: 14 - 19
Porque él es nuestra paz, que de todos los pueblos hizo uno, demoliendo en su carne, la pared intermedia de separación, dejando sin efecto las enemistades, la ley de los mandamientos en forma de dogmas, para crear en sí mismo de los dos un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz, y mediante la cruz amigar con Dios a todos en un solo cuerpo. Y vino y anunció la Buenas Noticia de paz a los que estaban lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Así que ya no somos extranjeros ni extraños, sino conciudadanos de los santos, y familiares de Dios.
(Por lo tanto)….
Gálatas 3:28
Ya no hay judío ni árabe, no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo.
Estas palabras de Pablo nos sumergen en profunda reflexión y hace brotar en las mentes sinceras una pregunta ineludible: ¿Por qué después de dos mil años de “derribado el muro” continúan las diferencias entre los pueblos y las personas? Creo que hay una sola respuesta: los cristianos no hemos hecho un buen trabajo.
Sin embargo, hay vestigios de esperanza. Sabemos que la Palabra de Dios no miente y a la larga sus dichos triunfarán. Se vislumbran horizontes de cambios profundos y frescos. Se está pariendo una nueva esperanza en América Latina. Pero para llegar al triunfo no hay que quedarse de brazos cruzados esperando pasivamente la intervención providencial. Cada cristiano debe tomar su herramienta y dirigirse hacia los muros que considere más urgente derribar.
Quisiera resaltar en estas breves palabras tres lugares donde considero que se torna imperante el derrumbe de este muro.
1.- El derrumbe político
Hasta que se inventó el cañón, la forma más frecuente de defender una ciudad era crear un muro para que los invasores no pudieran entrar. Tenemos el ejemplo de la muralla china, de siete mil trescientos kilómetros de largo construida en el siglo III a/C para impedir que los enemigos ingresen al imperio y de ingresar, que no puedan hacerlo con su caballería.
Otro muro emblemático, ahora del siglo pasado, es el muro de Berlín, muro construido para dividir Alemania en dos pensamientos políticos. “Dividir para gobernar” es la plataforma básica que sostiene en pie a cualquier imperialismo.
Este muro fue profundamente criticado por Estados Unidos. Cuando fue derribado, el país del norte lo festejó como un gran triunfo. Paradójicamente, el mismo país que en 1981 festejara la caída del muro de Berlín es el que hoy quiere levantar una medianera para que no pasen los vecinos mexicanos. La ética acomodaticia del imperialismo yanqui los hace ver inmoral el levantamiento de un muro y patriótico el alzamiento de otro. Así es la moral pagana del imperio más sanguinario de la historia mundial.
Hoy en Nuestra América, tenemos sin dudas muros que derribar. Murallas que no responden a claras divisiones culturales geográficas o históricas sino a políticas que levantaron quienes subyugaban a nuestros pueblos en siglos pasados con la ya citada premisa: “dividir para gobernar”.
Por eso San Martín escribe al pueblo Chileno y Peruano llamándolos “compatriotas”. Por eso Cuando van a buscar a Artigas en su exilio paraguayo después de la independencia de Uruguay diciéndole: “ya puede volver a su patria”, el gran Oriental les responde: “yo ya no tengo patria”. La independencia fragmentada de los Estados, es la dependencia conjunta de la Nación Americana.
Este tiempo más que otros es propicio para que tomemos los martillos y comencemos a derribar los muros artificiales que dividen Nuestra América.
Comenzaremos hablando de los "muros políticos", luego de los "prejuicios" para pasar a los "muros religiosos". Finalizando con una poesía realizada por Carlos Splavsky, compañero poeta de Plaza de muramMayo y hermano de militancia.
Los invito a leer, opinar y disentir.
Gracias
Efesios capítulo 2: 14 - 19
Porque él es nuestra paz, que de todos los pueblos hizo uno, demoliendo en su carne, la pared intermedia de separación, dejando sin efecto las enemistades, la ley de los mandamientos en forma de dogmas, para crear en sí mismo de los dos un solo Hombre Nuevo, haciendo la paz, y mediante la cruz amigar con Dios a todos en un solo cuerpo. Y vino y anunció la Buenas Noticia de paz a los que estaban lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Así que ya no somos extranjeros ni extraños, sino conciudadanos de los santos, y familiares de Dios.
(Por lo tanto)….
Gálatas 3:28
Ya no hay judío ni árabe, no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo.
Estas palabras de Pablo nos sumergen en profunda reflexión y hace brotar en las mentes sinceras una pregunta ineludible: ¿Por qué después de dos mil años de “derribado el muro” continúan las diferencias entre los pueblos y las personas? Creo que hay una sola respuesta: los cristianos no hemos hecho un buen trabajo.
Sin embargo, hay vestigios de esperanza. Sabemos que la Palabra de Dios no miente y a la larga sus dichos triunfarán. Se vislumbran horizontes de cambios profundos y frescos. Se está pariendo una nueva esperanza en América Latina. Pero para llegar al triunfo no hay que quedarse de brazos cruzados esperando pasivamente la intervención providencial. Cada cristiano debe tomar su herramienta y dirigirse hacia los muros que considere más urgente derribar.
Quisiera resaltar en estas breves palabras tres lugares donde considero que se torna imperante el derrumbe de este muro.
1.- El derrumbe político
Hasta que se inventó el cañón, la forma más frecuente de defender una ciudad era crear un muro para que los invasores no pudieran entrar. Tenemos el ejemplo de la muralla china, de siete mil trescientos kilómetros de largo construida en el siglo III a/C para impedir que los enemigos ingresen al imperio y de ingresar, que no puedan hacerlo con su caballería.
Otro muro emblemático, ahora del siglo pasado, es el muro de Berlín, muro construido para dividir Alemania en dos pensamientos políticos. “Dividir para gobernar” es la plataforma básica que sostiene en pie a cualquier imperialismo.
Este muro fue profundamente criticado por Estados Unidos. Cuando fue derribado, el país del norte lo festejó como un gran triunfo. Paradójicamente, el mismo país que en 1981 festejara la caída del muro de Berlín es el que hoy quiere levantar una medianera para que no pasen los vecinos mexicanos. La ética acomodaticia del imperialismo yanqui los hace ver inmoral el levantamiento de un muro y patriótico el alzamiento de otro. Así es la moral pagana del imperio más sanguinario de la historia mundial.
Hoy en Nuestra América, tenemos sin dudas muros que derribar. Murallas que no responden a claras divisiones culturales geográficas o históricas sino a políticas que levantaron quienes subyugaban a nuestros pueblos en siglos pasados con la ya citada premisa: “dividir para gobernar”.
Por eso San Martín escribe al pueblo Chileno y Peruano llamándolos “compatriotas”. Por eso Cuando van a buscar a Artigas en su exilio paraguayo después de la independencia de Uruguay diciéndole: “ya puede volver a su patria”, el gran Oriental les responde: “yo ya no tengo patria”. La independencia fragmentada de los Estados, es la dependencia conjunta de la Nación Americana.
Este tiempo más que otros es propicio para que tomemos los martillos y comencemos a derribar los muros artificiales que dividen Nuestra América.
Comentarios
Está clarísima la hipocresía yanki con el tema de los muros, si lo hacen otros está mal, si lo hacen ellos es "por la paz", pero ya sabemos como son ....... más vale perderlos que encontrarlos. Ahora se nos pretenden disfrazar de "mejores" con Obama, pero el enemigo nuestro es su sistema y a ese no lo cambian. Un abrazo de
Mayté
Sin dudas los muros politicos deben derribarse, y un muro es precisamente el sistema yanqui.
Gracias, no pierda mas tiempo en discuciones estériles