profetas
Recuerdo el último embarazo de mi señora, cuando faltaba sólo una semana para dar a luz recibió desde su tierra natal el llamado de un profeta que, después de conversar unos instantes y habiendo recaudado toda la información pertinente le profetizó: te profetizo en nombre del Señor que la semana que viene vas a dar a luz una niña. Dios es tan irónico que el parto se demoró una semana más de lo predicho por el médico. En estos días recibí un correo de Juan Stam hablando de profecías que está muy interesante. El dice que profecía no es adivinar el futuro. Comparto cuando dice que “La gran mayoría entiende “profecía” como sinónimo de predicción o vaticinio, en el sentido exclusivo de su elemento predictivo. Esa definición se deriva de la cultura secular (los oráculos griegos, la Sibila, las "profecías" de Nostradamus) o hasta del ocultismo (videntes o "profetas" sensacionales que pretenden anunciar cosas secretas).” Iglesias enteras tienen esta concepción ocultista.