tercer domingo de cuaresma

La historia
que voy a contarles tal vez todos la conozcan porque de tan antigua ya no
recordamos ni quién es su autor. Se trata de la historia de aquel hombre bueno
que donó sus tierras para que algunas familias sintierras pudieran levantar sus
casas allí. Tan
agradecidas estaban estas familias que cada año, para el cumpleaños de este
buen hombre al que llamaremos Julián García, armaban una gran fiesta de
celebración. Al principio
los pocos habitantes cocinaban una torta y se la llevaban a la casa. Pero el
pueblo empezó a crecer. Llegaron los desfiles, comilonas, fuegos artificiales
celebrando el cumpleaños de Julián García. Fue un día
que antes de los fuegos, terminando el intendente su sórdido discurso, un niño
dijo: ¿Y por qué no viene Don Julián a soplar las velitas? El hombre
que lo fue a buscar a la casa encontró su cadáver sobre la cama. Los forenses
dijeron que por el grado de descomposición hacía más de un quinquenio que Don
Julián había muerto. ¡Más de cinco años festejando el …