Carta abierta a Marìa Luisa Storani
Estimada: estuve hoy en la reunión que por el día de la
mujer se celebró en la plaza de San Fernando. Me fui conmovido por la obra de
teatro, por las palabras de todas las presentes y las suyas en particular.
Mi nombre es Claudio, nací y vivo en San Isidro y fui criado
en una cultura patriarcal, soy un “converso” de un machismo que me enseñó a
ejercer mi madre y que aun hoy sigue influyendo en mi vida.
Es en ese sentido que creo que tenemos que hacer un mea
culpa, una investigación profunda de los pilares de una sociedad patriarcal que
por generaciones enseñó a la mujer el rol que debía tener como “ama de casa”,
limpiando y cocinando y que muchas mujeres han asumido como lógico y natural trasmitiéndolo
a las generaciones siguientes. Yo en mi casa limpio, cocino, lavo y plancho a
la par de mi esposa y créame que los chistes que recibo son muchas veces de
parte de amigas que se burlan y hasta me han ofrecido “una pollerita”.
Como teólogo, creo que tenemos que hacer un mea culpa hacia
adentro del cristianismo. Las mujeres no han tenido igualdad en las iglesias
cristianas y han sido marginadas y lo siguen siendo en nombre de un dios
machista, padre y nunca madre. Es interesante ver cómo Jesús dio trato
igualitario a mujeres y niños y todas esas historias fueron ocultadas durante
años por el verticalismo masculino de iglesias enquistadas en una tradición
ajena al evangelio de la igualdad.
Es en este marco que debo decirle que me alegra
profundamente que desde cambiemos se recuerde el día de la mujer e invito a que
desde allí se haga un mea culpa también.
Sabemos que el 8 de marzo se recuerda un día en que muchas mujeres, por
defender sus derechos laborales fueron torturadas e incendiadas por un sistema
político machista por excelencia, que pone al dinero y los negocios por sobre
los seres humanos. Muertas por ese sistema que se llama capitalismo y que
cambiemos representa tan fielmente.
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