mi admiración por Melchor Posse
La verdad que nunca lo
voté. Ni a él ni al hijo, pero eso nunca quitó un gran detalle que me hizo
admirarlo siempre. Si Posse se enfermaba, se atendía en el hospital municipal.
De hecho, sus últimos días los pasó allí. Un gran ejemplo para muchos políticos,
si tomamos encuenta el político sureño que se vino a Buenos Aires, al no barato
Sanatorio Otamendi para que en la habitación presidencial del sanatorio de la
ultraderecha católica, pudieron recién extraerle un
granito de la panza. Supongo que era alta complejidad y no había necesaria
tecnología en los hospitales públicos de la provincia del ex presidente.
Yo tuve la suerte de tener una salud que me permitió no necesitar el hospital municipal que hoy lleva con orgullo su nombre por haberlo casi terminado en sólo 40 años. Al antiguo hospital si he ido a sacarme alguna muela en la época de la dictadura, ne acuerdo que te hacían un censo y te daban tarjetas bien visibles de tres colores; si entrabas con la tarjeta de un color pagabas barata la consulta, de otro color la ibas mostrando porque eras el que mas pagabas y te hacía creer que eras de la clase mas alta de San Isidro (De los mas ricos que necesitaban un hospital público). Y si tenías la tarjeta blanca eras un villero. Y ya no podías ni disimular. Cuando vino la democracia, por suerte eso cambió. Ya terminando sus funciones hospitalarias volví al viejo hospital a retirar los restos de mi viejo.
Pero al nuevo, al orgullo de San Isidro, a ese nunca había ido hasta este lunes, allí comencé a tenerle mas admiración aún al Dr. Melchor Angel Posse. Porque yo al caminar por los pasillos del elefante blanco me imaginaba que estaba pasando los mismos momentos que pasó mi intendente. El se habrá sentido mal como yo y habrá tomado el 304 para llegar a la guardia y que lo hagan esperar cuatro horas con un dolor de la gran puta. El mismísimo intendente habrá tenido que ir a mear en esos baños de la guardia que te dan miedo a agarrarte la Hepatitis w o infecciones que no conoce ni el doctor Housse.
Me lo imagino al Doctor subir al primer piso con los análisis de urgencia para que en laboratorio le digan. “nosotros no hacemos esto”. Ir a hacerse una ecografía y darse cuenta que el que hace ecografías justo ese día faltó y cuando retorna a la guardia que le digan: lamentablemente no hay camas.
Esos son políticos. Personas del pueblo y para el pueblo. gente que sufre lo que su pueblo sufre.
Yo tuve la suerte de tener una salud que me permitió no necesitar el hospital municipal que hoy lleva con orgullo su nombre por haberlo casi terminado en sólo 40 años. Al antiguo hospital si he ido a sacarme alguna muela en la época de la dictadura, ne acuerdo que te hacían un censo y te daban tarjetas bien visibles de tres colores; si entrabas con la tarjeta de un color pagabas barata la consulta, de otro color la ibas mostrando porque eras el que mas pagabas y te hacía creer que eras de la clase mas alta de San Isidro (De los mas ricos que necesitaban un hospital público). Y si tenías la tarjeta blanca eras un villero. Y ya no podías ni disimular. Cuando vino la democracia, por suerte eso cambió. Ya terminando sus funciones hospitalarias volví al viejo hospital a retirar los restos de mi viejo.
Pero al nuevo, al orgullo de San Isidro, a ese nunca había ido hasta este lunes, allí comencé a tenerle mas admiración aún al Dr. Melchor Angel Posse. Porque yo al caminar por los pasillos del elefante blanco me imaginaba que estaba pasando los mismos momentos que pasó mi intendente. El se habrá sentido mal como yo y habrá tomado el 304 para llegar a la guardia y que lo hagan esperar cuatro horas con un dolor de la gran puta. El mismísimo intendente habrá tenido que ir a mear en esos baños de la guardia que te dan miedo a agarrarte la Hepatitis w o infecciones que no conoce ni el doctor Housse.
Me lo imagino al Doctor subir al primer piso con los análisis de urgencia para que en laboratorio le digan. “nosotros no hacemos esto”. Ir a hacerse una ecografía y darse cuenta que el que hace ecografías justo ese día faltó y cuando retorna a la guardia que le digan: lamentablemente no hay camas.
Esos son políticos. Personas del pueblo y para el pueblo. gente que sufre lo que su pueblo sufre.
Entré a la guardia el lunes a las 10. Y
salí el miércoles a las 15
Comentarios