pacifismo militante
Salmo
85
10
La misericordia y la verdad se encontraron;
La justicia y la paz se besaron.
11 La verdad brotará de la tierra,
Y la justicia mirará desde los cielos.
12 Jehová dará también el bien,
Y nuestra tierra dará su fruto.
13 La justicia irá delante de él,
Y sus pasos nos pondrá por camino.
La justicia y la paz se besaron.
11 La verdad brotará de la tierra,
Y la justicia mirará desde los cielos.
12 Jehová dará también el bien,
Y nuestra tierra dará su fruto.
13 La justicia irá delante de él,
Y sus pasos nos pondrá por camino.
Conociendo
la definición invertida de la palabra pacifista sería bueno replantearse esta
doctrina. ¿Somos realmente pacifistas? ¿Qué entiende el mundo por pacifismo?
¿Cuándo nos proclamamos pacifistas, nos estamos comparando con Obama o con la
Unión Europea? ¿Era Jesús un pacifista de acuerdo a los criterios de la
actualidad?
Pacifista es
aquel que defiende la paz existente; lo que en una época llamábamos el “status
quo” pacificador es aquel que viendo el conflicto lucha activamente por
recuperar la paz. Ahora bien, la paz no es la ausencia de conflictos. La paz,
nos dice la Biblia es fruto de la justicia. Un pacifista estaría contento al
ver que no hay guerras. Podrá haber hambre y desigualdad, pero no hay guerras.
Sabemos que eso no es paz verdadera sino manifestación de opresión.
La paz es
otra cosa, no es ausencia de violencia sino fruto de la justicia. Donde no hay
justicia no hay paz. Defender la paz sin justicia es defender la violencia
disfrazada, es ser parte de la violencia, es jugar del lado del opresor.
El
pacificador busca la justicia aunque en ello haya lucha porque mientras la
justicia y la paz no se besen no habrá ni paz ni justicia.
Todavía se
oyen voces que dicen: “en la época de facto se podía salir a la calle
tranquilo”. Y es en parte cierto, si uno no se comprometía y miraba para otro
lado cuando se presentaba la injusticia, la violencia, los asesinatos, el
hambre, la miseria, la corrupción, podía salir a la calle al menos
semitranquilo. Pero soportar el pecado para tener apariencia de paz en nuestra
vida es el camino de pecado que conduce a la violencia.
La verdadera
paz es novia de la justicia, el verdadero pacificador es un militante de la
justicia aunque ello genere violencia.
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