Libertad de expresión: hay quien la ama y hay quien la USA

Hablar de libertad de expresión se torna difícil. Sobre todo en un mundo donde se han invertido el significado de las palabras al punto que “pacificación” quiere decir “invasión”…
Es en este contexto de cambio de significados, de vaciamiento de significados, que EEUU dice ser una nación que respeta la libertad de expresión.
Y es en “este contexto” sin duda que EEUU siempre tuvo libertad de expresión: los pieles rojas podían gritar de dolor en cada tortura. En última instancia la muerte de los indios era necesaria; para la expansión del capitalismo esa gente sobraba, había que eliminarla, y todo ello sirvió al progreso.
Sin ir tan lejos, recordemos el primero de mayo de 1886 cuando unos malditos obreros querían una jornada laboral de 8 horas y tuvieron que usar contra ellos la pena de muerte. ¡Habrase visto! Venir con semejantes ínfulas. ¿A quién se le ocurre pedir trabajar 8 horas cuando el sistema necesita crecer? Después de todo, no asesinaron gente: mataron comunistas en pro del crecimiento de la Nación…
Después, cuando la mujer se incorpora a la producción y pide un trato igualitario con el hombre y una jornada laboral de 8 horas, llega el 8 de marzo de 1908 y 140 mujeres jóvenes murieron calcinadas en la fábrica textil donde trabajaban encerradas en condiciones inhumanas. Ellas se la buscaron por coartar la libertad de expresión de sus patrones… Ellos querían una jornada laboral de 12 horas en condiciones infrahumanas; ¿pueden 140 zurdas quitarle a los patrones la libertad de expresión? En defensa de esa libertad, hubo que matar 140 mujeres.
También Martin Luther King. El tuvo plena libertad de expresión. Dijo todo lo que quiso hasta que lo mataron en 1968. El tuvo libertad de expresión. Los verdugos la libertad de matarlo… Después de todo era nada más que un negro, y encima “tenía un sueño”. ¿Quién manda a soñar a un negro?
De las 350 personas inocentes que entre 1900 y 1985 fueron condenadas a muerte en USA 327 tuvieron la libertad de decir que eran inocentes aunque sea a último momento. Los otros 23 tuvieron la libertad de gritar de dolor en la silla eléctrica[1]
¿Y las 775 personas que desde el 11 de enero de 2002 fueron torturadas en Guantánamo (17 menores de edad)[2]? ¿No tuvieron libertad de expresión? ¡Por supuesto que sí! Allí los detenidos sin juicio pueden gritar de dolor, frío o hambre y nadie los censura. ¡Esa es pura propaganda comunista!
Ya sabemos lo que significa libertad de expresión en la dictadura norteamericana. Lo dijo alguien que les pertenece como James Mill: “El papel de los medios consiste en adiestrar la mente de la población para que exprese una sana y virtuosa adhesión a su gobierno”. Adiestrar la mente de la población, eso lo han hecho muy bien. ¡Si hay quienes aún hoy defienden la bomba de Hiroshima!!!!!!!!!!!!!!! Ya lo decía Walter Lippmann en 1921[3] que la fabricación del consenso constituía una revolución en la práctica de la democracia…lo que nunca dijo es que “fabricando el consenso” ya no hay más democracia. Eso es lo que pasa hoy en el sistema norteamericano.
La democracia, según Mill, está para servir a la clase dominante. Por eso todos los abusos cometidos contra la libertad del pueblo (los irónicamente arriba mencionados y un sinnúmero más) no tienen importancia y hasta tienen su justificativo. Hay una libertad y es la de las elites, el pueblo… bueno, ya lo decía Sarmiento el sanjuanino admirador del imperio del norte: el pueblo está para verter su sangre, que es lo único que tiene de humano…
[1] www.bioetica.org
[2] Amnisty internacional
[3] Chomsky para principiantes pg 77

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